Un tour por el Very Large Array

¿Me acompañáis a un tour por uno de los radiotelescopios más emblemáticos del mundo? ¡Venga! Voy a explicaros algunas cosas sobre el VLA (Very Large Array) del Observatorio Nacional de Radioastronomía de Estados Unidos, el NRAO.

El Very Large Array (VLA) en su configuración compacta.

He tenido la suerte de visitar el VLA algunas veces durante mi carrera, y en todas ellas he vuelto a casa un poco más enamorado de la Radioastronomía. Aquí me tenéis en mi primera vez, en una época en la que aún no existían ni twitter, ni facebook, ni los teléfonos inteligentes.

Las antenas del VLA observan todas juntas, formando lo que llamamos un «interferómetro», con el que podemos emular un único telescopio de tamaño similar al ocupado por todas las antenas. Además, el VLA no es estático, sino que las posiciones de las antenas se pueden cambiar. ¡Wow!

Entre las antenas, hay vías por las que circulan unos vehículos especiales que las van moviendo de sitio para generar distintas «configuraciones interferométricas». Desde la más compacta (con las antenas más juntas) a la más extensa, que es la que aporta imágenes más nítidas.

Fijaos qué foto más impactante. Ahí es donde hacen el mantenimiento y las reparaciones de las antenas. Tened en cuenta que estas preciosidades tienen un diámetro de 25 metros.

La primera vez que visité el VLA, pude ver los prototipos de dos antenas de ALMA que se estaban poniendo a prueba. Me parece que uno de esos prototipos es, actualmente, el Telescopio de Groenlandia (GLT), que es miembro del EHT y de la GMVA. ¡Quién me lo iba a decir en aquel momento!

Prototipo de antenas de ALMA.

¡Venga, vamos a entrar a una de las antenas del VLA! Aquí tenéis una vista desde abajo, donde se aprecia uno de los puntos de anclaje. Todo el cableado va bajo tierra hasta el correlador, donde se sintetiza en tiempo real ese «supertelescopio».

Una vez dentro, (esta es la parte inferior), la escena se hace un pelín agobiante, con tanto cable, placas, chips y ordenadores.

Interior de la parte inferior de la montura.

¡Sigamos subiendo!

Un poco más arriba nos encontramos con el motor de elevación. Al igual que el de acimut, es extraordinariamente preciso, además de relativamente rápido. Estas antenas son maravillosas.

En estos momentos, nos encontramos justo debajo del «plato» principal. Esas bocinas que véis son receptores sensibles a distintas frecuencias. El VLA usa una estrategia parecida a la de ALMA para poder cambiar de frecuencia de observación de forma muy ágil.

Básicamente, la luz llega al plato principal y se dirige al reflector secundario (situado más arriba). Entonces, dependiendo de cómo se oriente este reflector, la luz acabará llegando a un receptor distinto. Podemos cambiar receptor cada medio minuto, permitiendo experimentos muy interesantes. Podéis ver esto de forma esquemática en la animación de aquí abajo.

Esquema del sistema «Fast Frequency Switching» del VLA

¡Y ahora viene la parte más bonita! ¡Subiremos al plato principal!

¡Precioso! Mirad las bocinas de los distintos receptores. Las más grandes corresponden a las longitudes de onda más largas (o sea, las frecuencias más bajas).

En la foto de arriba podéis ver las «bocinas» de los distintos receptores. En la de abajo, os muestro el reflector secundario.

¡Bonitas vistas desde allá arriba!

Si habéis visto la peli de «Contact», seguro que esta Sala de Control os es familiar. Si el tiempo me lo permite, en el futuro puedo prepararos algunas entradas más en el blog sobre esos telescopios que hay fotografiados en la pared de la Sala de Control:

¡Qué lujazo fue tener al mismísimo Barry G. Clark explicándonos el antiguo correlador del VLA! Ahora tienen uno nuevo (un maquinón formidable, llamado «WIDAR»).

Barry G. Clark junto a la antigua electrónica del correlador de VLA.

Muy cerquita de allí, tenemos la «Red de Demostración de Onda Larga» (LWDA), parte de un proyecto más grande (la LWA), que podríamos considerar una «versión light» del SKA-low para el hemisferio norte.

A modo de curiosidad, el sistema que controla ese tinglado se llama, si no recuerdo mal, «SkyNet». ¡Mira que nos gusta el riesgo a los radioastrónomos!

¡Y se acabó la visita! Me he dejado un montón de cosas en el tintero, pero tampoco se puede estirar tanto una entrada de blog. Ya es hora de volver a Socorro, para cenarnos unos tacos en el «El Chili Enrollado».
Country roads, take me home!

Si queréis saber más, podéis encontrar un montón de información extra en la página web de NRAO:


Web del National Radio Astronomy Observatory

… ¡Y no olvidéis tener cuidado con las serpientes!

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